sábado, 20 de septiembre de 2008

El día del Señor

Los domingos y festivos toda la familia asistía a la Misa mayor de la parroquia. Luis Martin cerraba su tienda de relojería, sabiendo que en domingo venían las aldeanas a hacer sus compras, pero él decía: Prefiero atraer sobre mi casa las bendiciones de Dios. En esa época las tiendas no cerraban los domingos, como ahora, pero el padre de santa Teresita guardaba el precepto dominical y no quería trabajar en día festivo.
En la Historia de un alma Teresa nos cuenta sus recuerdos infantiles sobre los domingos:
"-las fiestas-... cada semana me traía una muy querida a mi corazón: el domingo. ¡Día radiante, consagrado a Dios y al descanso! Toda la familia asistía a la misa mayor; recuerdo aún que como la capilla que ocupábamos estaba muy distante del púlpito, en el momento del sermón teníamos que ir a buscar sitio en la nave central; esto no era fácil, pero todo el mundo se apresuraba a ofrecer sillas a Teresita y a su padre. ... El primer sermón que comprendí fue uno sobre la Pasión de Nuestro Señor. Tenía cinco años y medio, y desde entonces pude comprender y apreciar el sentido de todas las instrucciones."

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